Eres el falso alfa
de tu pobre manada.
Defiendes absurdo tu pose.
Cuchillos y dentelladas.
Mis demonios se han unido.
Son mis fuerzas armadas.
He consumido el miedo.
Aún tengo esperanza.
No tengo nada que perder.
pero sí te tengo ganas.
A tu macho, mi hembra.
A tu alfa, mi omega.
Vengo sin principios ni fines.
Ni nadie que me detenga.
Soy la hembra alfa.
Soy mi propia manada.
Soy la hembra omega
y he salido de caza.
Olvidados los papeles,
ni las máscaras te salvan.
Monto el caballo de Atila,
donde pisa: no crece nada.
Te he combatido antes
en perdidas eras pasadas.
Tú me quemaste por bruja,
guerrera, líder y sabia.
Yo repliego mis fuerzas
y vuelvo con más rabia.
El enemigo muerde
cuando siente la amenaza.
Aunque me veas sola,
voy bien acompañada.
Se organizan los valientes.
Nos cubrimos las espaldas.
Muestra respeto
a mis hermanos y hermanas.
Unos se rinden por miedo,
a otros las fuerzas les fallan.
Ignorar es dulce, y tienta.
Esta voz NO se calla.
Utilizo en esta lucha
todo tipo de armas:
palabra, arte, silencio,
amor, odio, venganza.
Somos rosas con espinas.
Somos plumas aceradas.
Hemos forjado el espíritu
en tormentas y en calmas.
Atacas ahora ciego,
como presa acorralada.
Cuando el fin esté cerca
sabes lo que te aguarda.
Sacudimos las cadenas,
ruido, bombas, granadas.
Busco paz, hago guerra
y creo que faltan balas.
Has combatido mi cuerpo
para tus propias batallas.
Pero es mío y no se toca,
no se vende, no se viola, no se mata.
Siglos de silencio,
ansias acumuladas.
Vengaré los sufrimientos
de todas mis hermanas.
Un fuego me consume
desde dentro las entrañas,
ecos de aquellos otros
de hogueras antepasadas.
Piel quemada y vencida,
cuerpos entre las brasas.
De ellas renaceremos
abriendo alas y garras.
A quien me llame belicosa
le dedico unas palabras:
Quiero paz y para ellos
ser simplemente humana.
No me oprimas ni sometas.
No me quedaré parada
mientras usas mi cuerpo
y esclavizas mi alma.
Termina tú la guerra.
Yo depondré las armas.
Mientras soy hembra alfa y omega
y he salido de caza.
Úr Qazris
Lo que escribiste fue como una flecha certera que resquebrajó de a poco mis miedos e incendió mis deseos y anhelos. Es precioso. Gracias.
ResponderEliminarA ti, por pasarte y leerlo, por tus palabras. Un abrazo.
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