lunes, 15 de febrero de 2016

Oбичам те.

Oбичам те.

Hoy me tropecé con la poesía.

Oбичам те.

Desde mi banco en Yuzhen Park, en Sofía, me dedicaba a contar brisas.
Oбичам те.

Durante todo el día me he cruzado con parejas, con vendedores de globos rojos rojísimos en forma de corazón, (los globos, digo.)
Vendedoras de rosas cansadas, (las vendedoras, digo.)

Oбичам те.

En una esquina de mi percepción, algo brilla, atrae, rompe el marrón verdoso de la primavera tímida, del invierno perezoso.

Oбичам те.
El autor/a se volatilizó. Los símbolos no requieren de la cotidianidad ni materialidad de quien los perpetra.

Oбичам те.

Ella lo deja ahí, para despedirse de una vez por todas de un amor no correspondido. Como si la cuerda no la llevara atada a su verdadero corazón.

Oбичам те.

Él lo dejó ahí, para alejarse de una vez de una historia de plástico y látex.

Oбичам те.

Se despide del amado/a que ahora, como dice Lidia Guevara, vibra de otra manera. Y el helio y el viento reverberan, al menos por una milésima de segundo, esa onda gravitacional.

Oбичам те.
Una pareja feliz ha dejado ahí una pequeña muestra de lo que se ama.
Oбичам те.

Una pareja triste se agarra a este día mientras se deslizan por sus abismos el resto del año.

Oбичам те.

El parque queda en suspenso en un instante. Baila al compás de lo que sólo él y yo oímos.

Oбичам те.

No es mi intimidad, y la siento sagrada.
Quiero pincharlo.
Quiero soltarlo.
Quiero llevármelo a casa.

Oбичам те.

No me pertenece.
Es un regalo de alguien al mundo.
Una desnudez del alma.
Dramático.
Sincero.
Teatral.
Impostado.

Oбичам те.

Poco importa.
Lo hice mío.
Hoy me he tropezado con la poesía.

Oбичам те.

Hoy la vida se abrió de versos para mí.
Y sentí magia.

Oбичам те.
Te quiero.

Úr Qazris


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