domingo, 13 de septiembre de 2015

Confieso...
También necesito
esos abrazos que no esperas
y llegan cuando más hacen falta.
Los besos en la mejilla
que no buscan sexo y te hacen buscarlo a ti.
Que te digan "Yo me encargo"
sin paternalismo,
porque sabe que tú puedes pero quiere que puedas descansar y confiar.
Que te acaricien de forma casual
e intencionada.
Esas miradas tan intensas que te hacen sentir desnuda,
porque miran más allá de la carne
al yo indefinido.
Esas citas emocionantes
que no llevan a nada serio
pero te hacen reír e ilusionarte
Con el "qué me pongo", "qué pasará", "habrá beso", "follaremos" o "fallaremos".
Esas insinuaciones divertidas
que despiertan cosquillas
en el estómago y por debajo.
El coqueteo que convierte
cada roce en una promesa
y cada palabra en un riesgo.
Los nervios escondidos en bromas,
y los piques
para ver quien se rinde
en una guerra
en la que ganen ambos bandos.
Es justo y necesario
tener un poco de eso.
Porque la carrera termina demasiado pronto si apresuras el final.
Y yo
me quedo
no con quien me hace correr detrás
sino con quien me hace correr-me-con-migo.

Úr Qazris

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