domingo, 1 de noviembre de 2015

Yo nací con los ojos abiertos.
Primero el amor de una madre
intentó cubrírmelos
para protegerme.
Abrí los ojos hacia dentro,
resguardándolos
entre los cuentos
que yo me susurraba.
Me acostumbré a mirar a medias
porque la realidad
se me desbordaba

Me hice miope
a fuerza de mirar de reojo,
de lejos,
desenfocado.
Nunca cerrados del todo.

Miré hacia dentro,
mis oscuridades,
mis abismos,
mis máscaras,
mis cuerdas.
Miré mi centro y todo su caos,
y lo que se esconde detrás.

Y la luz se cuela
entre los párpados.
Y se me enreda
en las pestañas.

Los abrí y me dejaron ciega
las cuerdas y máscaras
de este mundo
que desafía la mirada.
Acepto el reto
de mirar, mirarlo todo,
hacerlo mío
y que se viertan de mis pupilas
los dolores y las penas
y también las alegrías.
Y puse alambre de espino
para no dejar
que ninguna venda
me los cubra de nuevo.
Quiero ver y verlo todo,
verme toda
y asumir
que tras otros ojos
abiertos o cerrados
se asoman las almas
de los que son como yo,
Ver las cuerdas
y cortar al menos alguna.
Quitar al menos una máscara
o dos
y seguir mirando
tras un cristal un poco más limpio.

Yo nací con los ojos abiertos.
Duele.
Y no los puedo
Y no los quiero cerrar.

Úr Qazris

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