Luces de neón.
No hay estrellas.
En esa tienda, donde antes tomábamos café,
los televisores me devuelven mi imagen.
Me veo, cansado y viejo,
con este abrigo lleno de melancolías.
Pasa a mi lado un borracho
que insulta tu recuerdo con su olor a alcohol.
¿Es esto el progreso?
El hombre
es más depredador,
menos humano.
El instinto de supervivencia atrofiado.
Las comodidades nos matan
y nada se hace por vivir.
Nos abandonamos a las manos de los locos,
si nos dejan, a cambio
comer
sin ver la pobreza
en el telediario de las tres.
Úr Qazris
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