Golpeo
y me devuelvo el golpe.
Golpeo, golpeo, golpeo.
Me siento mal y no.
Sigue tus ideas y no te dejes morder.
Desgarra el remordimiento hasta la semilla
y escupo.
Provoco la tormenta.
Despierto al dragón dormido
y, no pienses mal,
no quiero pelea.
Quiero dejar de luchar.
Me rindo. Me retiro. Me voy.
Quisiera quedarme pero...
Si me quedo...
Pero me voy.
Lánzame tu fuego, consúmeme, abrasa
la misma que soy, la que fui, la que seré.
Pierdo mis alas, arden.
Parir otras.
Raíces en el aire
y ceniza en mis ojos
y brasas en mi boca
e incendio en mis venas
provocado.
Quema.
Golpeo, golpeo, golpeo.
Me llevas al límite. Te llevo al tuyo.
Los vemos arder
y sernos polvo.
Al borde del abismo,
equilibrio
y caer;
saltar,
empujarnos
y volar.
Golpeo, golpeo, golpeo.
Me devuelvo el golpe
entre añicos,
se reabren cicatrices,
supuran
soledades y miedos,
iras que se calman
en la desgana de pelear.
Hazme la paz.
Me rindo. Me retiro. Me voy.
Quisiera quedarme...
Pídeme que me quede.
En un abrazo
me quedo.
Quédate.
Úr Qazris
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